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Trabajar con apoyo de una iluminación adecuada es crucial para ser productivo o productiva y, al mismo tiempo, lograr que la jornada laboral sea un tiempo confortable e incluso placentero. Es por eso que, durante los últimos años, el interés por el diseño óptimo de los espacios de trabajo ha incrementado.

La luz tiene el poder de propiciar un espacio que fomente la creatividad y la eficiencia; pero ojo, si no se cuida adecuadamente, puede lograr lo contrario: un lugar aburrido y deprimente. La buena noticia es que está en tus manos hacer lo necesario para que tu espacio cuente con la iluminación que te ayude a detonar al máximo tu potencial.

Para empezar esta labor, debes pensar en algunos factores clave y hacerte varias preguntas, cuyas respuestas te ayudarán a seleccionar los productos de iluminación que necesitas para crear la instalación de luminarias más efectiva, por ejemplo:

¿A qué hora del día utilizas más la oficina?
¿Habrá más de una persona trabajando ahí a la vez?
¿Cuánta luz natural recibe la habitación y por dónde entra en el espacio?
¿Hay áreas que desees resaltar, como estantes o interiores de los armarios?
¿Se utilizará este espacio para otras actividades además del trabajo (como una sala de reuniones sociales o juntas)

Las respuestas a estas preguntas te darán una idea del tipo de iluminación que puede funcionar mejor. Por ejemplo, si constantemente habrá dos personas trabajando en la oficina a la vez, necesitarás dos fuentes de iluminación para las tareas que cada una desempeña.

También, es importante entender cómo usar las capas de iluminación. Estas no son otra cosa más que los diferentes tipos de luz que se emplean en las habitaciones. De hecho, la mejor manera de iluminar una oficina es combinar los tres tipos principales de iluminación: luz general, iluminación para tareas específicas e iluminación natural. Cada una de ellas juega un papel diferente.

Luz general: Es la iluminación de fondo que sirve para iluminar todo el espacio. Normalmente lo proporciona una lámpara colgante central, una gran lámpara empotrada o una selección de aplicaciones.

Iluminación para tareas específicas: Es la luz que te permite realizar los trabajos que requieren un espacio determinado para desarrollarse. Por ejemplo, dibujo, diseño, lectura o redacción. Usualmente se instalan a base de lámparas direccionales de escritorio, aunque las lámparas colgantes y las de pie bien enfocadas también pueden cumplir esta función.

Luz natural: Esta fuente de iluminación es importante por diversos motivos, los principales de ellos son los efectos benéficos que produce en tu salud y estado de ánimo, así como el ahorro energético que se produce cuando es aprovechada al máximo. La forma en que la luz natural entra en tu oficina es muy importante. Para obtener el máximo beneficio de ella, trata de colocar tu escritorio en el área que más la recibe, pero ojo, también asegúrate de instalar cortinas o persianas que te permitan regular esta fuente de luz, pues en los días de sol brillante podrías sufrir deslumbramiento.